Cazalla de la Sierra se encuentra a una distancia de Sevilla capital de 89 km , su extensión es de 352 km2 y su altitud es de 595m sobre el nivel del mar.

El municipio cuenta con 5174 habitantes.

La existencia de yacimientos mineros en sus inmediaciones favoreció, desde muy antiguo, sucesivos asentamientos de pobladores que dejaron importantes testimonios de su cultura material. En las cuevas de Santiago tenemos restos correspondientes a las culturas Neolíticas y Calcolítica, con sepulcros y dólmenes, hachas, punzones y otras herramientas.

Con la denominación romana se le llama Callentum. Escasos y dispersos son los restos pertenecientes a esta época, lo que prueba que la población no se encontraba concentrada, sino distribuida en núcleos de poca entidad. La mayor parte de las piezas encontradas son tégulas, ladrillos y fragmentos de terra sigillata. A orillas de la ribera del Huesna, en el Santuario de Ntra. Sra. del Monte, Patrona de la Ciudad, existió un pedestal de estatua con inscripción, en honor del emperador Caracalla, dedicado a la República de los Reginenses, y cuya fecha debe localizarse en el año 213 d.C.

Dos lápidas sepulcrales de finales del siglo V, pertenecientes a dos niños, nos dejan constancia del paso de la época visigoda.

Los musulmanes la llamaban Castalla, que quiere decir Ciudad Fuerte. De esta época se conservan lienzos de la muralla del castillo, dos puertas de herradura y el trazado de los barrios de Azahín y El Castillo, construido éste último a los pies de la muralla.

Fernando III la conquista en el año 1.247, y en el 1.253, Alfonso X concedía al Consejo de Sevilla por término, entre otros lugares, a Cazalla, que el 21 de Noviembre de 1.260, y por privilegio del mismo monarca, pasaba a poder del Arzobispo D. Remondo y del Cabildo Catedralicio. Esta medido debió dar origen a los dos Cabildos pues, más tarde, el 16 de Diciembre de 1.279 y 11 de Enero siguiente, dos nuevos privilegios del citado Alfonso X, ratifica la permuta celebrada entre ambos Cabildos sobre la villa y castillo de Cazalla, que vuelve a poder del Concejo, cediendo éste a cambio la villa y castillo de amonaster.

En toda la Baja Edad Media, Cazalla ocupó un lugar importante en la defensa del Reino de Sevilla de los ataques del vecino reino portugués y, en el siglo XV las luchas entre las casas de Guzmán y Ponce de León, dejan de sentir sus efectos en la villa.

En los siglos XVI y XVII adquiere mayor importancia por su gran riqueza en vinos y aguardientes que se exportaban a Indias.

Fue residencia veraniega del rey Felipe V y su corte desde el 13 de Junio al 20 de Agosto de 1.730.

En el s. XX se produce un gran desarrollo demográfico e industrial ligados a los anisados, la madera y el corcho, así como la construcción de los embalses de El Pintado y La Ganchosa.