Es la punta más meridional de la Península. Abierta a los mares Mediterráneo y Atlántico, la ciudad posee extensas playas donde azota el fuerte viento de levante.
Tarifa comenzó a tener entidad a partir de la construcción del castillo califal que se encuentra en el casco antiguo y que fue edificado en el siglo X, en la época de Abderramán III. De ese periodo árabe conserva su actual fisonomía urbana y el trazado de sus calles angostas y sinuosas. También cuenta con otros monumentos, como la capilla de Santiago, de estilo gótico-mudéjar; el convento de San Francisco o las iglesias de Santa María y de San Mateo. Su término municipal posee casi 38 km de playas, la mayor parte de ellas poco profundas y de arenas finas, entre las que destaca la de los Lances, declarada Paraje Natural.