El municipio cuenta con 436 km2 de extensión y unos 548 m de altitud sobre el nivel del mar. La distancia entre la capital es de 50 km, el numero de habitantes es de 2418.
En época romana estuvo asentada aquí la población de siciliana, quedando restos de su asentamiento como monedas o sepulcros. Tras la Reconquista pasó a pertenecer a la jurisdicción de de Córdoba, como tierras realengas. En el año 1545 Pedro Sánchez de Sepúlveda ganó una provisión para que la villa tuviese alcalde, alguacil y escribano. De ese modo se evitaban las molestias originadas a sus vecinos cuando tenían que ir a Villanueva, de cuyas autoridades dependían, para sus negocios y otorgamientos de escrituras, atravesando el Guadiato, sin que hubiese un puente para hacerlo. En el siglo XVII fue comprada por don Juan Jiménez de Góngora, luego marqués de Almodóvar de Trassierra.
Los vecinos espeleños dan crédito a la tradición de que el pueblo se remonta en sus inicios a unas chozas de cabreros, las que después se convirtieron en casas que se fueron multiplicando sin que se pueda precisar en qué momento.
Este territorio estuvo en la antigüedad muy poblado de aldeas, ventas y monasterios por ser lugar de paso a Extremadura y Castilla, por los Pedroches, aún se pueden apreciar restos de esos edificios por muchos lugares. Significativo es el hallazgo de la Campana del Abad Samson, en un pozo de esta localidad, hoy se guarda en el Museo Arqueológico de Córdoba y está considerada como la más antigua del país.